viernes, 30 de diciembre de 2011

Capítulo 22.

Una voz nos contestó, y entramos, estaban allí los cinco, no como la última vez en la que Harry no estaba. Lauren entró de primera, Aelyn detrás suya bastante nerviosa y finalmente yo.
-Hola -Dijo Harry con una sonrisa enorme, de esas que nos matan
-Hola - contestamos las tres
-Podeis sentaros -Dijo Lou poniendo una voz muy aguidita para que nos riéramos un poco.
Habían tres sofás, uno era para nosotras, en el otro estaban Larry, y en el de al lado, Zayn Niall y Liam.
Aelyn era la primera vez que les conocería, y tuvo la misma reacción que la nuestra, estaba pálida y no era capaz de articular palabra, cuando los chicos le decían algo, ella lloraba y yo que soy muy llorona, la veía así y lloraba también.
En unos minutos ya se nos habría pasado, estábamos hablando y riendo todos juntos, éramos como amigos de toda la vida, esa manera con la que nos tratan es muy especial.
Mientras ellos hablaban pude ver como Zayn me estaba hablando por señas para que los demás no se enteraran, era muy cómico porque nos reíamos de las tonterías que él mismo estaba haciendo.
-Vale -Dije yo sin pronunciar palabra
Zayn quería hablar conmigo luego, no dudo que sería por lo de los mensajes, yo también tenía que hablar con alguien, ese sería Niall, era el único que le pudo haber dicho aquello, yo había confiado en él...
-Chicos, esto es algo vergonzoso, pero dónde está el baño? -Pregunté poniéndome roja
-Allí -Señaló Liam hacia una puerta al fondo de la habitación
-Gracias -Sonreí mientras me levantaba para salir de el baño
Entré y para mi asombro era un baño mixto, a quien se le ocurriría hacer un baño mixto! Sinceramente los odio, no se por qué pero desde pequeña les cogí manía.
Me apoyé en el lavamanos y me miré en el espejo, estaba peor de lo que pensaba, así que aproveché para peinarme y limpiarme un poco la cara. Busqué entre la bolsa en la que tenía mi ropa, un bolsito que llevaba con el maquillaje, me desvié de el tema y cogí el móvil sin saber por qué, lo desbloqueé y miré mis mensajes, estaba segura que tendría alguno de aquella chica amenazándome, pero por suerte me equivoqué.
Me giré en mi misma y me apoyé de espaldas al espejo y busqué los mensajes que me llegaron, una vez abierto, lo leí una y otra vez, como si por arte de magia se tratara fuera a encontrar al dueño de aquello. Estaba absorbida en mis pensamientos sin darme cuenta que alguien había entrado y me estaba mirando apoyado en la pared de enfrente.

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